Federalismo fiscal

El sistema federal implica la coexistencia de autoridades políticas de diferentes niveles cuyas facultades e inter-relaciones se ordenan según el diseño institucional y la estructura de coordinación o subordinación que se adopte en cada una de las diversas materias del gobierno.

Algunas razones por las cuales los Estados locales deciden conformar una federación y ceder soberanía, son: la reducción de los costos y maximización de los beneficios del intercambio inter-jurisdiccional, la economía de escala en la provisión de servicios gubernamentales, la reducción de las distorsiones monopolísticas del gobierno y la implementación de políticas redistributivas.

Tal diseño implica una forma de división del poder con la finalidad de promover la eficiencia en el gobierno y evitar las disfuncionalidades de aplicar una lógica unitaria y centralista a una sociedad compleja, diversa y extendida en el territorio. Permite la utilización de diferentes métodos gubernamentales que se adapten a las condiciones locales y las preferencias de sus habitantes. Según Jaques Delors, “(s)ólo una sociedad descentralizada puede encontrar los mecanismos de ajustes a sus tensiones en los niveles adecuados y evitar que el más pequeño conflicto se vuelva drama nacional”.

Entre las características esenciales de un Estado federal, pueden mencionarse: la división del poder entre dos o más órdenes de gobierno; la existencia de una Constitución de cuya reforma participan los entes que conforman la federación; la autonomía de los distintos niveles gubernamentales y la distribución constitucional de competencias; la participación de los miembros en los órganos de gobierno federales; la existencia de un ente dirimente de los conflictos intra-federación que asegure la supremacía constitucional; y la regulación de procesos e instituciones que faciliten la colaboración intergubernamental.

Conformada la federación, debe determinarse la asignación óptima de funciones para maximizar los beneficios sociales y minimizar los costos. De tal distribución resulta la estructura vertical del gasto público. Repartidas las funciones –y gastos correlativos- es necesario resolver la distribución de recursos para su financiamiento. Es decir, coordinar el ejercicio de la potestad tributaria.

Si el nivel de ingresos sub-nacionales no se corresponde con sus gastos -superávit o déficit fiscal-, esto se compensa mediante transferencias intergubernamentales verticales u horizontales. Una mirada clásica se enfocará en lograr la mejor distribución posible de potestades y tareas entre los distintos niveles gubernamentales -tanto en lo que hace a los recursos, como a los gastos-; mientras que una perspectiva contemporánea incorporará los conceptos de igualdad, equidad, redistribución, estabilización y desarrollo.