Capacidades Estatales

La experiencia de los años ‘90 renovó el debate en torno al Estado, la Administración Pública y las Políticas Públicas. En ese contexto, el concepto de Capacidades Estatales fue un aporte novedoso que abrió diversos interrogantes: ¿Qué son las Capacidades Estatales? ¿Cuál es el vínculo entre autonomía y Capacidades Estatales? ¿Qué relación tienen las Capacidades Estatales con las políticas públicas?

Tales discusiones surgieron ante la crisis del Estado Mínimo que, en la Argentina, generó la necesidad de reconstruir algunos de los sistemas y canales burocráticos del sector público. El foco ya no se ponía en el tamaño del Estado, sino en su mejora.

El debate es amplio y a la vez algo difuso. La multiplicidad de abordajes de la cuestión y la falta de una definición compartida de Capacidad Estatal hacen del tema un terreno complejo y fértil para la investigación.

A partir de un análisis de la bibliografía especializada, podemos entender a las Capacidades Estatales como la aptitud o habilidad referida al actor estatal en un marco espacio-temporal delimitado, que posibilita de implementación eficaz y eficiente de políticas públicas. Así, las políticas públicas son un termómetro en la materia. Ya no es válido pensar en términos de magnitud a la hora de evaluar los aparatos estatales. Ni un Estado chico es correlato de eficiencia, ni uno grande implica lo contrario.

En este sentido, entendemos que el terreno de las Capacidades Estatales representa un desafío interesante para la investigación académica y la praxis política. Sobre todo en una región como Latinoamérica, donde el proceso de institucionalización de la democracia, el desarrollo económico y la organización de la administración pública representan retos transversales a todos los países.