Letra P – Primer paso de la Reforma Política de la Provincia: no más reelecciones indefinidas
Por Mauro Solano, Director Institucional de Governeo
Es bien sabido que en los casos de Gobernador y Vice Gobernador de la provincia de Buenos Aires, la Constitución acota la posibilidad de reelección en forma sucesiva a una sola instancia, a partir de la reforma de 1994. Por el contrario, hasta el momento, ninguna normativa limitaba la reelección indefinida de Diputados y Senadores provinciales, Intendentes, Concejales y Consejeros Escolares.
En la sesión del día miércoles 17 de agosto, la Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires sancionó el proyecto que limita las reelecciones de estos funcionarios, quienes podrán ser reelegidos de forma inmediata una sola vez, pudiendo volver a ejercer el cargo con el intervalo de un período.
Para poder llevar adelante esta reforma, el proyecto aprobado modificó la Ley Orgánica de las Municipalidades, la Ley de Educación, y la Ley Electoral. En sus disposiciones transitorias deja en claro que el mandato vigente se considera como el primero, por lo que los 135 intendentes, 138 legisladores, 1097 concejales y 427 consejeros escolares que pretendieran ser reelectos, podrían hacerlo en 2019.
La medida contó con un amplio aval legislativo, y fue recibida con beneplácito por muchas de las más importantes figuras políticas de la Provincia, reconociendo el costado positivo que acarrearía el recambio y la incorporación de nuevos actores a la política bonaerense.
Sin dudas se trata de un gran avance de cara a equilibrar las posibilidades de la competencia electoral, fundamentalmente a nivel local. Los datos para la provincia de Buenos Aires, a nivel agregado, indican que entre 1987 y 2011 la tasa de reelección de intendentes mantuvo una tendencia creciente, con un pico máximo de casi el 68% en 1999. Sin embargo, y rompiendo con lo que parecía ser una estabilización alrededor del 62%, en 2015 los resultados nos muestran una caída al 31,11%, casi al nivel más bajo de la serie registrado en 1987. En magnitudes absolutas, ello representa un total de 42 intendentes reelectos en 2015. Para el caso de los tan mentados “barones del conurbano”, los datos muestran que el promedio de estadía consecutiva en el poder era, hasta las elecciones generales de 2015, de 9 años y medio, con intendentes que tuvieron hasta 6 reelecciones inmediatas.
En este sentido, la decisión de los legisladores mitigaría un fenómeno particular, denominado “cancha inclinada” por varios autores, por las ventajas que en apariencia tendrían los oficialismos en la política subnacional argentina. Se ha llegado incluso a afirmar que “con el paso del tiempo hubo una merma en la competitividad electoral y que las victorias oficialistas se hicieron cada vez más frecuentes” y que “los oficialismos obtienen más votos y tienen mayor probabilidad de ganar las elecciones que la oposición”.
Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que un cambio en las reglas, en el sistema de partidos o en las posibilidades de ganar elecciones, puede afectar la estabilidad de los patrones de carrera política, con consecuencias diferentes en cada caso. Por ello consideramos que cabe realizar una distinción entre intendentes, por un lado, y legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares, por otro.
Muchos trabajos han demostrado el efecto positivo que tendría la profesionalización de los cargos legislativos a partir de la permanencia de sus ocupantes. Suele sostenerse que la existencia de pocos incentivos institucionales para que los legisladores inviertan en el Parlamento relega a éste a un papel de veto en su interacción con el Poder Ejecutivo, haciendo hincapié además en la corta duración de las carreras legislativas, y la manera en que las reglas electorales afectan dichas carreras.
Por otra parte, existe evidencia empírica que demuestra que los diputados y senadores a nivel subnacional tienden a retirarse sin reelegirse, lo que respondería a una estrategia de los líderes partidarios para permitir el acceso a la legislatura de otros miembros del partido, y como fuente de recursos para el mantenimiento de la estructura política. Específicamente para la Provincia, algunos estudios sostienen que la media de la cantidad de mandatos por legislador no supera el 1,3, tendencia apenas mayor para el caso de los senadores. Cabe preguntarse entonces si una medida que limita la reelección de legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares no atentaría contra su especialización y profesionalización, en la relación entre representante y representado, pudiendo debilitar el papel de la Legislatura o los Concejos Deliberantes frente a los intereses del Poder Ejecutivo provincial o local. Únicamente el tiempo dirá si ello es así, o por el contrario los efectos positivos de la alternancia fortalezcan la relación de la política con la ciudadanía.
Finalmente, consideramos muy positivo el haber dado un primer paso en pos de una reforma política que, para alcanzar un impacto decisivo en el sistema político provincial, debería incorporar ahora el debate alrededor de: las listas espejo, colectoras o acoples; la conveniencia o no de la incorporación de nuevas tecnologías al proceso electoral; la paridad de género; el debate obligatorio entre candidatos; el diseño de secciones y circunscripciones electorales; la observación electoral; y las transiciones gubernamentales, tema en el que la Legislatura provincial cuenta ya con un proyecto de Governeo para discutir su regulación.
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