Sabrina Comotto: Una pionera que marca el ritmo de las CPI a nivel nacional

Tuvimos la ocasión de conversar con una de las personas que más sabe de compras públicas de innovación en Argentina, quien nos brindó precisiones técnicas y detalles acerca de un nuevo tipo de contratación pública que llega para quedarse.

Luego de una entrada anterior de nuestra web donde nos interrogamos acerca de qué eran técnicamente las compras públicas de innovación (CPI), pudimos entrevistar a Sabrina Comotto, quien además de ser abogada e investigadora, es master en contrataciones públicas y docente de esa materia en la UNSAM, habiéndose dedicado a estudiar con profundidad el tema desde hace ya varios años.

Para que no queden dudas, al inicio de la entrevista nos dio su definición sobre lo que ha de entenderse por CPI, partiendo de su concepción del término en sentido amplio: “… cuando estamos hablando sobre todo el uso del poder de compra del estado de manera estratégica …estoy pensando en todas las entidades que ejercen el poder de compra del estado, llámese empresas públicas, empresas bajo distintas formas jurídicas, que ejercen el poder de compra del estado. Y la idea de las compras públicas de la innovación es ver cómo estas entidades a través de su poder de compra pueden empujar el desarrollo tecnológico”.

Según se encargó de precisar la experta, ese poder de compra al que refiere no necesariamente implica desarrollar un producto o un servicio completamente nuevo sino que también tiene la finalidad de impulsar innovaciones que pueden ser de tipo adaptativo, es decir, un producto existente que se amolda a la necesidad del ente requirente.

A continuación, el diálogo abordó los grandes desafíos que su implementación representa, e identificó tres ejes centrales: el acceso a las tecnología núcleo, la planificación y el aspecto regulatorio e institucional. En tal sentido precisó que existen “en primer lugar las dificultades históricas en cuanto al acceso a las tecnologías núcleo que sabemos que están monopolizadas en su mayoría por los países centrales, (…) el segundo es la falta de planificación, pues es fundamental poder hacerle conocer al mercado cuáles son las necesidades del sector público a mediano plazo como mínimo y a largo plazo idealmente para que el sector privado pueda planificar (…) y el tercer punto es el regulatorio/cultura institucional, este es el tercer gran desafío.”

Sin dudas todos tienen significativa importancia, pero comenzar abordando el aspecto regulatorio permitiría allanar el camino para ir resolviendo el resto de las cuestiones sobre una base más sólida. “No podemos comprar algo innovador con la misma mentalidad que compramos un bien o servicio estandarizado, tenemos que cambiar el chip, y pasar a otro tipo de relación con el proveedor…Las regulaciones de compras públicas están preparadas en general para comprar muebles, productos de limpieza, etcétera”, y continuó: “No desmerezco esas compras que son absolutamente necesarias, pero no podemos pensar las compras para la innovación desde la misma normativa. No podemos desarrollar un satélite con la misma normativa que compramos, una mesa prefabricada. No nos sirve, hay un montón de cuestiones que no están contempladas por qué no son necesarias en ese tipo de compras. Por ejemplo, ¿qué mecanismos vamos a emplear si tenemos que renegociar el contrato porque hay un cambio sustancial en las condiciones tecnológicas? Y también la cultura institucional, porque no es solamente lo regulatorio, las compras para la innovación implican un cambio en la mentalidad de los gestores y las gestoras de compras”.

A la hora de pensar en otros países para confrontar su trayectoria y experiencia Comotto nos relató casos que resultan interesantes por su cercanía y el grado de implementación alcanzado: “A nivel regional tenemos Uruguay, es un caso digamos reciente, es sino me equivoco en el año 2018 que creó un régimen de compras para la innovación específico con un reglamento propio, donde por ejemplo se definen las modalidades de compra precomercial, compras innovadoras y se creó un sistema específico. Así lo ha solucionado Uruguay. Y Brasil venía haciendo compras para la innovación, ya tenía por ejemplo preferencias adicionales para las compras públicas innovadoras en su legislación a partir del 2010, pero ahora con la nueva ley de licitaciones que se acaba de promulgar hay un fuerte impulso también a las compras públicas para la innovación, los países en general han entendido que es necesario tener soluciones legislativas específicas.”

Al final de la charla conversamos acerca de las compras públicas sostenibles, que en nuestro país tienen recepción normativa y una experiencia acumulada a la largo de los últimos años, y al respecto nuestra entrevistada nos advirtió: “… hay un sustrato común porque estamos hablando en ambos casos del uso del poder de compra del estado con fines transversales es decir es no pensar a la compra pública como un mero medio para proveerse bienes y servicios sino para cumplir con fines de política transversal y en ese sentido hay una base común. Y además están muy relacionadas también porque hoy cuando se habla de compras para la innovación se le agrega la sustentabilidad también”.

Más allá del aspecto teórico, existen señales concretas que permiten augurar que el bagaje acumulado por especialistas como Comotto pueda tener cauce en distintas iniciativas que se encuentran en ciernes a nivel nacional, como lo indica el anuncio presidencial al que nos referimos oportunamente, o el documento preliminar del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 donde se menciona la compra pública de innovación como uno de los instrumentos financieros indirectos para la concreción de los objetivos planteados.

En cuanto a la Provincia de Buenos Aires, creemos que por su relevancia y tradición en materia de ciencia y técnica debería hacerse eco de las virtudes y ventajas que esta herramienta representa, y así poder contar con un valioso instrumento que le permita redireccionar el presupuesto destinado a adquirir bienes y servicios de manera inteligente, proyectándose hacia el desarrollo y la innovación tecnológica sostenible.